El Fondo para el Impacto sobre la Salud en pocas palabras
El Fondo para el Impacto sobre la Salud proporciona un sistema complementario para el desarrollo de innovaciones farmacéuticas, especialmente aquellas destinadas a pacientes pobres que no pueden pagar medicamentos costosos.
¿Cómo funciona?
Financiado por Estados, fundaciones benéficas o impuestos internacionales, el Fondo para el Impacto sobre la Salud daría a los innovadores farmacéuticos la opción de registrar cualquier nuevo producto por el pago de cuotas anuales de recompensa.
Control de precios para apoyar el acceso:
El precio de los productos registrados se limita a los costes de fabricación y distribución y es, por lo tanto, asequible incluso para pacientes pobres. El precio de los medicamentos registrados se desvincula de su coste de investigación y desarrollo (I&D).
Pagos de cuotas de recompensa competitivos basados en el desempeño:
Los pagos de cuotas de recompensa para los innovadores farmacéuticos dependen únicamente de los beneficios en salud anuales logrados por sus medicamentos registrados. Cuanto más contribuye un medicamento nuevo a mejorar o alargar las vidas humanas, más dinero obtiene el innovador.
Antecedentes
La investigación farmacéutica se financia actualmente con márgenes de ganancia protegidos por patentes.
El desarrollo de nuevos medicamentos es muy costoso. Para cubrir esos costes de investigación y desarrollo (I&D), los Estados ofrecen patentes de 20 años. Bajo la protección de esos monopolios temporales, las empresas farmacéuticas pueden vender sus nuevos productos a precios muy altos. Este sistema tiene dos efectos negativos:
Poca investigación sobre las enfermedades de personas pobres:
En el sistema actual, las enfermedades de las poblaciones pobres no son atractivas para la investigación farmacéutica. Esto se debe a que los pacientes pobres no pueden comprar medicamentos caros. Por lo tanto, sus enfermedades son desatendidas. Es más probable que se investigue en remedios contra la caída del cabello que en remedios contra enfermedades mortales asociadas a la pobreza, como el dengue, la leishmaniasis o el ébola.
Altos precios que limitan el acceso a nuevos medicamentos:
Generalmente, los nuevos medicamentos no son asequibles para las poblaciones pobres. Incluso cuando se desarrollan nuevos medicamentos, por ejemplo, contra la hepatitis C, casi siempre se venden a precios de monopolio que maximizan las ganancias. Estos precios superan lo que la mayoría de los pacientes pueden pagar. Lo mismo se aplica también a medicamentos contra enfermedades globales como el cáncer.
El Fondo para el Impacto sobre la Salud proporciona un sistema complementario que fortalece la salud mundial.
Con el Fondo para el Impacto sobre la Salud, las compañías farmacéuticas obtienen una opción adicional que mitiga estos dos efectos negativos a través de nuevos incentivos.
La esencia
Beneficios en salud como estándar.
El propósito de los medicamentos es mejorar y preservar la salud. El Fondo para el Impacto sobre la Salud alinea los incentivos corporativos para dedicarse a investigación, desarrollo y marketing precisamente con ese objetivo social: cuanto más contribuye el medicamento registrado a alargar y mejorar las vidas humanas, mayores son las cuotas de recompensa que su innovador recibe del Fondo para el Impacto sobre la Salud. En este cálculo, la salud de todos los seres humanos se considera por igual, independientemente de si son ricos o pobres.
Cobertura de los costes de las empresas farmacéuticas.
Con los pagos de cuotas de recompensa financiados con fondos públicos que el Fondo para el Impacto sobre la Salud entrega por los medicamentos registrados, los innovadores pueden cubrir sus costes y obtener una una tasa de rendimiento competitiva, en promedio. En el sistema actual, los innovadores soportan un riesgo. La investigación puede resultar en un medicamento terapéuticamente valioso que ayuda a muchos pacientes. Si eso no ocurre, el innovador puede ganar muy poco de su esfuerzo, o no ganar nada en absoluto.
Desvinculación del precio de un medicamento de los costes de investigación y desarrollo (I&D).
Los medicamentos registrados deben venderse a un precio que no supere los costes de fabricación y distribución. Como resultado, dichos medicamentos son asequibles incluso para pacientes muy pobres.